El pasado domingo nos acercamos lo mas que pudimos al espectáculo esperpéntico y sónicamente tremendo que es la Formula 1 o mas bien, el circuito urbano de Valencia. Mas allá de la locura megalómana, existe una cuestión altamente preocupante y es el tremendo volumen que alcanza todo el tinglado. Entre coches a mas de 300 km por hora y helicópteros sobrevolando la zona a una distancia del suelo preocupante se genera una cantidad de ruido tremenda.
La localización que escogimos para las grabaciones, ostenta también cierto carácter post-apocalíptico, en Natzaret, rodeados de casas en ruinas, con algún que otro yonqui fumando en papel de plata a la sombra de una pared medio caída y el paseo incesante de policía montada, y todo ello, envuelto en el mas incesante chirriante y molesto paisaje sonoro que jamás haya escuchado, una combinación de paneos extremos y altas y medias frecuencias generando dopplers muy cortantes y los graves salpicados de los helicópteros, y ya para colmo, un calor tremendo.
En definitiva, una demostración mas del esperpento valenciano, el sin sentido y el Circo que ni da pan ni amansa a la masa, un desastre,... escuchen escuchen,....
